Las sociedades anónimas laborales

Las sociedades anónimas laborales, son aquellas, en las que Los trabajadores participan en el capital social, junto con inversores capitalistas, pero conservando aquellos, el control y organizando un régimen mínimo de solidaridad en el seno del colectivo laboral, constituyéndose al margen de la forma tradicional de Cooperativa.

Requisitos básicos son, que los trabajadores sean propietarios como mínimo en un 50% del capital social de la empresa, no pudiendo ningún socio, poseer una participación superior al 25% del capital social.

Las acciones de las que sean titulares los trabajadores de la empresa, han de ser nominativas, es decir, debe constar en las acciones el nombre del titular (o dueño) de las mismas.

Las acciones no pueden transmitirse más que al resto de los trabajadores de la empresa. En caso que no quieran adquirirlas, se podrán vender a terceros, ajenos a la empresa.

Los trabajadores con mayor antigüedad en la empresa, son Los que forman la Junta de Gobierno de la sociedad.

Las sociedades anónimas laborales, gozan de condiciones fiscales más ventajosas que las S.A. o las S.L.

Las sociedades anónimas laborales, han nacido básicamente, por iniciativa de los trabajadores de las empresas que no marchaban bien, quienes ofrecieron a sus antiguos dueños, la compra de la empresa. A partir de entonces, se configuraron como sociedades anónimas laborales (S.A.L.). La primera S.A.L. española, por ejemplo, fue Transportes Urbanos de Valencia S.A.L.